miércoles, 14 de septiembre de 2011

Perdona al prójimo como a ti mismo



     El 10 de Septiembre, se celebró el día Mundial de la Prevención del Suicidio, una condición que está cada vez más presente en nuestra sociedad. He aquí una reflexión para abordar el suicidio desde el perdón en dos dimensiones: el perdón a sí mismo y el perdón al prójimo.

Foto: Perdón, Por cabizbaja00


      En el Ecuador, el 90% de la población es católica y los mandamientos que fundamentan el actuar de sus feligreses se resumen en dos: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”.  Ahora bien, basándonos en esto, vale la pena reflexionar: ¿Acaso el amor no implica perdonar? Las parejas de esposos que llevan años de amor mutuo, bien podrían decir: ¿Cuántas veces se han perdonado sus faltas, sus errores? Quizá, la gran mayoría ya perdió la cuenta, pues el conflicto, el aprendizaje y la reconciliación es parte del diario vivir, del crecimiento individual y de pareja; y es que el amor incondicional implica perdonar y respetar al otro, aunque las decisiones tomadas por ellos no estén dentro de la misma lógica, aunque no se pueda comprender, aunque no se compartan los mismos criterios, pero aun así respetar y perdonar al otro.

     En la misma línea entonces, la propuesta también podría ser: Perdona al prójimo como a ti mismo.

     Es muy frecuente que ante un error cometido, ante una falta los primeros en juzgar con dureza, sea cada uno hacia su propio interior con frases como: “¡Qué tonto que fui! ¡Cómo pude haber hecho o dicho eso o aquello! En ocasiones se pasa por alto el poner una pausa y ser más tolerante y paciente con uno mismo y decir: soy humano, tengo derecho a equivocarme y así es como aprendo a ser mejor. Muchas veces, esa dureza consigo mismo es la que dinamita la autovaloración, siendo este un primer eslabón para una cadena de sucesos que pueden llevar a condiciones depresivas e ideas autodestructivas. He ahí la importancia de poner un paréntesis y reconciliarse con uno mismo, para poder perdonarse y estar bien consigo mismo y con los demás.

     Por otra parte, existe la tendencia de los familiares que han perdido a un ser querido por suicidio el enfatizar los  propios sentimientos de culpa, por haber hecho o no una u otra acción; es entonces que resulta perentorio recordar que el ser querido que partió tomó esa decisión y que a pesar de no compartir tal  decisión, debe ser aceptada y respetada. Posiblemente, lo que se hubiera querido hacer o decir para impedir que su muerte ocurriera no hubiera cambiado tal destino; quizá en muchos casos, sobre todo en aquellos que no recibieron ayuda profesional en el tiempo adecuado,  únicamente hubiera aplazado esa decisión; sin embargo, esos “y si yo hubiera….”, no ayudan a avanzar en los procesos de duelo pues acentuan  los sentimientos de culpa y cargas emocionales que imposibilitan el camino de (re)construcción y aprendizaje. Posiblemente las respuestas a los “¿Por qué?” nunca se las llegue a aclarar, pero depende de cada uno el responderse a sí mismo el “¿Para qué?”.

     De igual manera, en muchos casos no se puede perdonar al ser querido que partió por muerte autoinfligida, por haber tomado esa decisión sin haber pensado en los familiares y amigos que quedaban. ¿Acaso no es necesario que tanto familiares, amigos y sociedad en general los podamos perdonar? ¿Acaso no se debería honrar al ser querido que partió respetando su última decisión, aun cuando no se la comparta? El gran amor incondicional es respetar lo decidido por el ser querido, aún en circunstancias como estas.

     Por todo lo antes dicho, es importante hacer un llamado como sociedad, comunidad, familias y sujetos a prevenir las muertes por esta causa, partiendo por la comunicación mutua, por el sentirse parte de un lugar, por ser respetado, por ser amado, por dar prioridad a lo verdaderamente importante y no a lo urgente, por buscar AYUDA cuando las circunstancias difíciles de la vida sobrepasen la capacidad individual para enfrentarlas.

     Para finalizar, vale la pena traer  a colación una frase de Facundo Cabral que dice: “No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte, hay mudanza”.

     Entonces, qué mejor que honrar la memoria de quienes ya no están que DECIDIÉNDONOS POR VIVIR Y ¡VIVIR BIEN!

Foto: Alegría, Por Nika Fadul


     Hay varios lugares  en los cuales se puede encontrar ayuda. A continuación algunas sugerencias para la ciudad de Quito-Ecuador:

·         Casa de la Familia: Av. Ajaví s/n y Cardenal de la Torre (a la vuelta de Tierra Nueva, antes del Colegio Consejo Provincial), Sur de Quito; teléfono 3021449, casa_delafamilia@yahoo.es
·         Hospital Enrique Garcés: Chilibulo S/n Y Av. Enrique Garcés, 8vo piso; teléfono: 2660252
·         Hospital Psiquiátrico Julio Endara: Ciudadela Hospitalaria, Conocoto; teléfono: 2342687
·         Clínica Nuestra Señora de Guadalupe: Av.10 de Agosto N27-101(2905) y Selva Alegre; teléfono: 2521137
·         Consulta privada psicológica: Paola Viera, 0950123937, pvierac@gmail.com

lunes, 5 de septiembre de 2011

Cómo vivir sin morir en el intento... Prevención del suicidio

Este 10 de Septiembre se celebra el día internacional de la Prevención del Suicidio, en homenaje a todas las vidas que optaron por esa difícil decisión y por todos los sobrevivientes, en esta ocasión se hablará en este espacio del suicidio.


¿QUÉ ES EL SUICIDIO?
Derivado del latín sui (sí mismo) y cidium (muerte, del verbo coedere-matar), y significa ¨darse a sí mismo la muerte¨. Es entendido como un escape a un problema o una crisis que produce intenso sufrimiento y que está asociado con la insatisfacción de necesidades, las sensaciones del sin sentido, la desesperanza. La subjetividad prima para identificar las situaciones vividas como fuera de control, que aparentemente no tiene solución, formándose una “mirada de túnel” donde la única salida es la muerte.

DATOS QUE LLAMAN LA ATENCIÓN:
        Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año aproximadamente 1’000.000 de personas se suicidan a nivel mundial, cada día hay en promedio casi 3.000 personas que ponen fin a su vida, cada 40 segundos alguien se suicida en el mundo y al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una que lo consigue.
        Un promedio de 2 personas se suicidan al día en el Ecuador según el INEC, estadísticas que se han triplicado en las últimas tres décadas.
        Los hombres se suicidan más que las mujeres, con una relación de 2 a 1 y, generalmente usan métodos más violentos, pero son las mujeres quienes comenten más intentos de suicidios que los hombres.
        Los suicidios aumentan en épocas del año con más presiones familiares y sociales: julio por ser el fin del año académico y diciembre por ser un mes de feriados, celebraciones, consumismo y alcohol.
        Además de los suicidios inmediatos, se reconoce también a los ¨suicidios crónicos¨, que son aquellos que se dan a través del abuso de substancias tóxicas, como drogas o alcohol, o una falta de régimen o disciplina en el tratamiento de enfermedades graves.
        La adolescencia, la juventud y los adultos mayores son algunos de los grupos más vulnerables ante la posibilidad de cometer suicidios, especialmente el grupo etario de 15 a 24 años.

RECUERDA:
        Especialistas alrededor del mundo afirman que la depresión está presente en el 80% de los casos de suicidio; por tanto es indispensable comprender que la depresión no es una “falla” irremediable, es una enfermedad que se manifiesta de distintas formas y que puede ser tratada.
        Las personas con tendencias suicidas conversan y notifican de manera sutil o abierta sobre este conflicto, pues esa es su forma de buscar ayuda ante una situación de ambigüedad frente a la vida.

¿CUÁNDO BUSCAR AYUDA?
        Tristeza persistente. Puede romper a llorar sin saber por qué.
        Tener dificultad para concentrarse o pensar claramente.
        Regalar las pertenencias.
        Hablar acerca de marcharse o la necesidad de "dejar todos mis asuntos en orden".
        Cambio repentino en el comportamiento, alteración en el sueño y alimentación.
        Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.
        Tener comportamientos autodestructivos, como tomar alcohol en exceso, consumir drogas ilícitas o hacerse cortaduras en el cuerpo.
        Tener dificultad repentina en el colegio o el trabajo.
        Hablar acerca de la muerte o el suicidio o incluso declarar el deseo de hacerse daño.
        Hablar acerca de sentirse desesperado, pesimista o culpable.
        Desesperación, impotencia, sensación de falta de valía (puede hacer comentarios negativos acerca de sí mismo).
        Irritabilidad. Se enfada fácilmente por pequeñas cosas que antes no le molestaban.
        Ansiedad y ataques de pánico.
        Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
        Pensamientos, planes o intentos de suicidio.
        Síntomas físicos persistentes o dolor que no responde a ningún tratamiento.
        Aislamiento. Incapacidad o falta de interés en comunicarse.


 ¡BUSCA AYUDA!
Si tú, un familiar, amigo, amiga, colega o conocido muestran dos o más de los síntomas antes nombrados ¡BUSCA AYUDA! Hay muchas razones por las cuales podemos decidir vivir.
Habla, no te quedes callado, el silencio puede ser tu peor enemigo en situaciones de crisis y depresión, ten la seguridad que alguien va a querer escucharte.
¡Decídete día a día por vivir!

miércoles, 31 de agosto de 2011

Para iniciar...

Fotografía de Nehiver Carrión, abril 2011
Mompiche - Ecuador
Hay ocasiones en que todo a nuestro alrededor parece tornarse obscuro, parecería que no existe la posibilidad de ver la luz...

No se sabe cuánto tiempo podrá durar esa obscuridad y qué es lo que puede pasar cuando la penumbra, imponente en nuestro ser, fulmina hasta el último soplo de esperanza... 

Es entonces que resulta imperante recordar, que más allá de esa obscuridad hay una luz que tarde o temprano saldrá y calentará nuestro ser, acogiéndonos, calmándonos, tranquilizándonos y diciéndonos: ya pasó, ahora hay que continuar y continuar para estar mejor...